sábado, 11 de junio de 2011

Lost in Translation

Nose muy bien por donde empezar, estoy bastante desubicada. Hace tres días que no escribo pero realmente tengo la sensación de que han pasado diez o más. Supongo que eso es a lo que llaman jet-lag digo yo...
Por fin he sacado un hueco entre tanta visita y siesta para agarrar el ordenador, sentarme tranquila encima de la cama, y ponerme a teclear como una loca y dejar mi mente vacía, pues estoy deseando compartir con vosotros todo esto. Pero ahora que por fin llega ese momento, no se que contaros primero.

Creo que debería empezar por el principio. Avisaros que cuando empiezo a escribir soy un peligro porque nunca se cuando parar. Muchos de vosotros ya tuvisteis la experiencia el año pasado y pudisteis comprobarlo!:)
Pues bien, Clive mi profesor de inglés, me propuso la idea de pasar el próximo verano con sus padres, no lo dude un momento y acepte. La cosa parece que quedó un poco en el aire, pues tenía que ponerse en contacto con su padre, recibir respuesta... pero bueno, como podeis ver la cosa no quedo en una simple idea porque aqui estoy, escribieendo mis memorias desde el pacífico, en Nueva Zelanda!!!! Sin Clive todo esto no hubiera sido posible asi que para el van mis más sinceros agradecimientos!

Cuando todo esto empezaba a cobrar forma aún quedaban exámenes por delante y meses y meses pero como es muy bien dicho el tiempo vuela. El tiempo no vuela, el tiempo se esfuma porque todo eso ya pasó ante mis ojos sin darme cuenta. Las horas frente a los apuntes de Mardaras parecían interminables ¿verdad chicas?, o los madrugones con dos horas de sueño a la espalda, las colas para entrar a la biblioteca... hemos sufrido pero ahora nos merecemos el respiro. Vosotros allí y yo aqui pero sintiendoos muy cerquita!

Y el lunes 6 de junio (hace 5 días exactamente), viajabamos a Madrid para coger el vuelo al día siguiente. Madrugon a las 5.30 y a las 7.00 AM mi maleta se deslizaba por la cinta con etiquetado Seoul. A las 9.30 mi avión despegaba. Sin vuelta atrás.

La cola para entrar en el avión era un reflejo de lo que encontraría dentro, ojos rasgados por todos lados. Me sorprendió lo vacio que iba el avión la verdad. 46A, ventanilla al fondo. El asiento del medio fue vacio durante todo el trayecto lo cual fue perfecto porque fue suficiente para que durmiera "a gusto", acurrucada al menos. En el tercer asiento un chico coreano dormía también, durmió continuamente durante todo el viaje pero no parecía muy comodo, más bien desesperado en momentos, sacaba la bandeja y se tiraba encima, la guardaba, ponía la cabeza de un lado de otro... la desesperación de los aviones, es horroroso! No recomiendo a nadie, nadie un viaje tan largo pero la llegada merece mucho la pena. Cuando miras el tiempo que queda en la pantallita del asiento y ves, tiempo restante: 9 hours, quieres abrir la ventanilla del avión y salir volando.

Un espectaculo de Korean Air son las azafatas, coreanas jóvenes altas y perfectas. Van delicadamente peinadas y vestidas, llevan un pasador en el pelo azul y un pañuelo en el cuello planchado y colocado rigidamente, parecen clones que circulan de un lado a otro del avión. La atención no tiene queja, tienes un catalogo en que te informan de las horas a las que sirven la comida. Bebidas, cenas, desayunos... he tomado fotos de algunos de los almuerzos, me gusto mucho, no es mala como en otras aerolineas. en una ocasión me dormí y al despertarme una pegatina frente a mi decía "al servir la comida usted dormía, si quiere que le sirvamos ahora avisenos". Me volvía a dormir.

Hicimos una parada en Amsterdam de apenas 1 hora. Tras 10 horas de vuelo tras esa parada... Welcome to Seoul and Lost in Translation.
Me llegue a sentir como se sintió Scarlett Johanson en la película, tantas horas por delante y rodeada de gente que tiene que ver tan poco con nosotros. Puedes llegar a pensar que no somos tan diferentes pero creo que somos cultural muy distintas. Al llegar al aeropuerto me di una vuelta para ver un poco todo. Millones de tiendas: Dior, YSL, MiuMiu, Chanel, Louis Vouitton, Gucci... y sigo contando. Alcuiné con todo, la gente tan variada, el movimiento, la tiendas, la comida, fue increible! Mate el tiempo observando, descansando en el Relax Lounge de Korean Air, con el ordenador... pero hubo un momento desesperante. Deje la sala de descanso a las 12.30 para buscar mi puerta de embarque, gate 23, andaba entre pasillos vacíos y pense que me caia al suelo del cansancio que tenía, no había dormido en unas 24 horas y llego a un lugar en el que vuelven a ser las 7.00 de la mañana, me habían robado una noche entera!! acabe maldurmiendo en unos asientos incomodísimos, despertandome cada 15 segundos por miedo a perder el avión. En fin, bastante horroroso.

De nuevo otras 10 horas por delante ¡matame! La entrada al avión fue graciosa, una azafata de las que os hable anteriormente me pregunta la puerta, le enseño mi tarjeta, me sonrie y me engancha la maleta, ¡vamos!, me dirigió hasta mi sitio y me subió la maleta en el hueco superior. Otra vez el asiento del medio fue vación y al otro lado un hombre mayor coreano muy gracioso. Nos sirvieron la cena y el desatyuno en este vuelo. Desayuno Continental con cereales, fruta, leche y una magdalena muy rica. La cena fue coreana con un famoso menu del que ya había visto hablar en internet antes!

No podía creer que lo hubiese conseguido cuando el piloto digo Welcome to Auckland. Miraba por la ventanilla del avión como una niña pequeña. La decoración del aeropuerto ya te ponía en situación Maorí:) Me hicieron alguna pregunta en la entrada de inmigración pero nada fuera de lo normal y en el scanner me hicieron sacar las botas de agua para ver las suelas porque son bastante exigentes con bacterías o residuos provenientes de fuera, casi me muero con tube que cerrar de nuevo la maleta!!!!!jajajaja!!

Y allí estaba Sandra: WELCOME MARÍA CABEZAS.
Por fin empezaba el contacto con la realidad!

Rebobinemos un poco hacia delante pues no os quiero aburrir con mil detalles. El plan era el siguiente: Sandra me llevaba a casa de Lizzie, su mejor amiga que vivía a las afueras de Auckland. Allí ella pasaría la noche también pero al día siguiente vendría a buscarle Eric, el padre de Clive (mi profe) y se irían hasta el lunes a Cristchruch (ciudad de la isla sur, donde tuvo lugar el terremoto). Y yo aquí estoy en casa de Lizzie, con la propia Lizzie y su hija Amy y su novio Brian que han venido a pasar unos días.

Son muchas las cosas que he vivido ya tan solo en un par de días. Os las contaré todas en pocos días. De momento ya os pongo en situación. Vamos a cenar.
Me acuerdo mucho de todo el mundo. Espero que por España las cosas marchen bien.
Antipodamente,
María

PD: A partir del lunes subo fotografias pero hasta el momento imposible pues estoy usando el ordenador de Lizzie y va a paso de tortuga o peor. Estoy haciendo muchas fotos asi que la espera merecera la pena!

1 comentario:

itziarvelasco dijo...

no me digas k as sacado fotos a la comida del avion....... friki